¿Dónde estoy?
¿Cómo llego hasta allí? ¿Dónde está el norte?...Todas estas preguntas tendrían
una fácil respuesta si cuento con una brújula o un GPS pero, ¿y si no cuento
con estos instrumentos? Sabemos que para orientarnos debemos conocer dónde
están los puntos cardinales, unos puntos imaginarios que llamamos norte, sur,
este y oeste. Orientarse sin brújula o GPS no es tan difícil como creemos.
Veamos algunas formas de hacerlo en el hemisferio norte.
ORIENTACIÓN
NOCTURNA
ORIENTÁNDOSE
CON LAS ESTRELLAS
Si localizamos
uno de los lados menores del cuadrilátero (el más alejado de la línea de
estrellas) y lo prolongamos imaginariamente, llegaremos a una estrella que
pertenece a la constelación de la Osa Menor. Se trata de la Estrella Polar, que
no es de las más brillantes del cielo, pero que al coincidir aproximadamente
con la proyección del eje terrestre, nos señala el norte.
En el caso de
que esté nublado no podremos utilizar esta estrategia y debemos buscar otros
indicios que se explican más adelante.
ORIENTÁNDOSE
CON LA LUNA
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Foto de www.soydeciencias.com |
La Luna también
puede servirnos de guía aproximada. Como sabéis nuestro satélite pasa por fases
en su recorrido alrededor de la Tierra. En dos de estas fases nos puede ayudar
más fácilmente. Cuando la Luna está en la fase creciente, las puntas que se
observan nos señalan hacia el este. Cuando la Luna está en fase menguante,
ocurre al contrario, las puntas señalan el oeste.
¿Cómo sabemos
si está en una u otra fase? En la fase menguante la Luna tiene la forma de una
letra “C” y cuando está en fase creciente justo al revés.
ORIENTACIÓN
DIURNA
ORIENTÁNDOSE
CON EL SOL (I)
Desde el
colegio nos enseñaron que el Sol sale por el este y se oculta por el oeste. Se
trata de una verdad a medias. En los equinoccios de primavera y otoño (21 de
marzo y 23 de septiembre respectivamente) es cuando el Sol sale por el este y
se pone por el oeste de forma exacta. El resto del año, aparece por el noreste
(durante la primavera y el verano) o por el sureste (otoño e invierno). Del
mismo modo se oculta.
Si vemos la
salida o la puesta de nuestra estrella y conocemos la fecha en la que nos
encontramos podremos realizar una buena aproximación sobre el lugar en que se halla
el este y el oeste.
ORIENTÁNDOSE
CON EL SOL (II)
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Imagen de www.astronomia2009.es |
Hay un refrán
muy astronómico que dice que “el más tonto hace relojes de palo”, en alusión a
su sencillez. Un reloj de palo no es más que un palo vertical que proyecta su
sombra sobre la superficie horizontal del suelo. Su nombre técnico es un “gnomon”
y es el usado en los relojes solares.
¿Cómo puede
guiarnos? En nuestro hemisferio, un palo así dispuesto, siempre arrojará sombra
hacia el norte, porque el Sol queda hacia el sur. Es fácil imaginar que esa
sombra será más corta cuanto más alto este el Sol en su recorrido. De este modo
cuando la sombra sea más corta el astro rey estará en la mitad de su recorrido,
a mediodía, y nos señalará claramente la dirección norte. También es fácil
deducir que en verano la sombra será mucho más corta que en invierno a mediodía
ya que el Sol realiza su recorrido más alto en el cielo.
ORIENTÁNDOSE
CON UN RELOJ ANALÓGICO
Este modo de
orientarse requiere de un reloj analógico, es decir, un reloj de agujas. En
primer lugar debemos ajustar nuestro reloj a la hora solar. En nuestro país lo
conseguiremos retrasando una hora si tenemos el horario de invierno o dos horas
si nos regimos por el horario de verano.
Alineamos a
continuación la aguja de las horas, la pequeña, con el Sol. La bisectriz del
ángulo que forma esta aguja con la línea imaginaria que une el centro del reloj
y las 12 horas nos indicará el sur. Recuerda que la bisectriz es la línea que
divide a un ángulo en dos partes iguales.
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Imagen de www.rinconmatero.com |
OTROS INDICIOS
QUE PUEDEN AYUDAR
Si con los
métodos descritos más arriba no conseguimos orientarnos aún hay algunos
indicios naturales que nos pueden ser útiles. Algunos de ellos son:
- El musgo, pequeños helechos y otra vegetación que requiere más humedad suele encontrarse en dirección al norte.
- Las hormigas suelen abrir sus agujeros hacia el sur.
- La nieve o la escarcha suele perdurar más en la parte norte de una superficie.
- Las aves migratorias viajan hacia el sur en otoño y hacia el norte en primavera.