Andrew Ellicott Douglass (1867-1962) fue un astrónomo que fundó una disciplina científica, basada en los anillos de crecimiento de los árboles, la dendrocronología.
Douglass estudió la actividad solar y conocía que las manchas solares siguen ciclos de aproximadamente 11 años. Estas manchas ya fueron descritas hace 2.000 años por los chinos y son debidas a que ciertas zonas del Sol presentan una temperatura menor y una fuerte actividad magnética. Estaba convencido de que estos ciclos de actividad solar afectaban al clima terrestre y se dedicó a buscar pistas sobre cambios climáticos en los anillos de crecimiento de los árboles. En 1909 veía la luz la primera publicación sobre esta nueva disciplina científica.
Los árboles, como todos los seres vivos, son sensibles a los cambios ambientales. En las regiones templadas se pueden apreciar una serie de anillos concéntricos que nos delatan el crecimiento del mismo. Estos anillos son más patentes en las gimnospermas (pinos, abetos, cipreses, etc.) de modo que un anillo característico está formado por una banda ancha de color claro, que se corresponde con el crecimiento rápido (células alargadas y de paredes delgadas), es decir, la época de bonanza. A este le sigue una banda más estrecha, de color oscuro (células pequeñas de paredes gruesas) que se corresponde con la estación desfavorable, es decir, crecimiento lento. El conjunto de ambas líneas constituye un anillo y equivale a un año.
Ver imagen en su página original |
La dendrocronología tiene sus antecedentes en el siglo XV, ya que el gran Leonardo da Vinci afirmó que el patrón de anillos de un árbol denotaba sus condiciones ambientales. Fue Douglass, sin embargo, quien sistematizó el estudio de los anillos de crecimiento, haciendo una disciplina científica de una conjetura inicial.
¿Qué información aporta la dendrocronología? Sus aportaciones son diversas en diferentes campos. Las más significativas son:
- Climatología. Nos informa sobre variaciones climáticas en el pasado y nos permite elaborar hipótesis sobre sucesos futuros.
- Arqueología. Permite datar yacimientos arqueológicos a partir de las maderas que se han usado.
- Hidrología. Ayuda a entender diferentes procesos hidrológicos como situación de acuíferos, cambios en el caudal de ríos, etc.
- Ecología. Permite reconstruir eventos pasados relacionados con la interacción con insectos, incendios naturales, competencia entre especies, etc.
- Geología. En relación a sucesos pasados como erupciones volcánicas, terremotos, etc.
¿Consiguió "ver" Douglass los ciclos de manchas solares en los anillos de los árboles? La respuesta es sí, observó una tendencia en el crecimiento de estos vegetales de una o dos décadas que más tarde fue confirmada con el análisis de isótopos del carbono en las muestras estudiadas. Cuando la actividad solar es baja, el porcentaje de carbono 14 aumenta en la atmósfera, por lo que en los periodos fríos, en anillos más delgados, existe mayor proporción de este isótopo que en épocas con mayor actividad solar.
Resulta curioso el hecho de que un astrónomo, sin apenas formación en ciencias biológicas, fundara una disciplina con tantas aplicaciones fuera de su campo de formación original. Un ejemplo de visión integral de la naturaleza.
Os dejo para finalizar un vídeo muy interesante sobre el tema:
No hay comentarios:
Publicar un comentario