viernes, 18 de enero de 2013

UNA REFLEXIÓN SOBRE DARWIN



Si establecemos un ranking con los científicos más vilipendiados de la historia, excluyendo a los que murieron en hogueras o fueron recluidos de por vida, un nombre sobresale por encima de los demás: Charles Darwin, el naturalista inglés que estableció las bases de la biología moderna con su teoría de la evolución por selección natural. Una idea poderosa, la mayor y más influyente idea surgida de la mente de un hombre como sostienen muchos biólogos. 


Darwin vino al mundo en 1809 en el seno de una familia acomodada, era hijo y nieto de médicos. No fue sobresaliente en sus estudios durante su infancia pero si mantuvo siempre un espíritu curioso difícilmente superable. Orientó su formación hacia la teología y la medicina pero nunca ejerció estas disciplinas, ya que su verdadera vocación consistía en conocer y desentrañar los secretos de la naturaleza. A los 22 años le ofrecieron la oportunidad de embarcarse como naturalista en un buque de la armada inglesa, el Beagle, en una aventura que duraría cinco años y daría la vuelta al mundo. Durante el viaje realizó una observación rigurosa de todo lo concerniente al mundo natural: plantas, animales, minerales, estructuras geológicas, fósiles, etc., que anotó fielmente y que posteriormente publicaría como un maravilloso libro de viajes: Viaje de un naturalista alrededor del mundo.


Con todas sus observaciones, Darwin comenzó a cambiar sus esquemas mentales que coincidían con la ortodoxia del momento, la versión estática y divina de la naturaleza, es decir, la concepción de que las criaturas eran el resultado de la obra de Dios y no habían cambiado desde su creación. Comenzó a darle forma a su teoría con una vasta cantidad de datos que fue recopilando a lo largo de su laboriosa vida. Así, en 1859, veía la luz su gran obra, El origen de las especies, una obra que cambiaría para siempre la visión de la naturaleza y del ser humano. En ella propone que las especies provienen de otras debido a la selección natural, un mecanismo que favorece aquellas características de los organismos que les posibilitan un mayor éxito reproductivo. 


Las ideas de Darwin fueron atacadas desde el primer momento desde muchos sectores, sobre todo aquellos más conservadores, que aún siguen haciéndolo…por desgracia. ¿Cuál fue el principal pecado del naturalista? Proponer que los seres vivos, incluido el hombre, provenían de ancestros por un mecanismo natural, ciego e inconsciente. La explicación clásica, teológica, sobre el diseño de los organismos fue derribada desde ese momento.


Pero, ¿ha demostrado la ciencia moderna que las ideas de Darwin eran ciertas? No solo lo ha hecho sino que ha ampliado la certeza ya demostrada por el naturalista inglés con los conocimientos de genética actuales. Esta disciplina ha permitido nuevos enfoques y revisar los errores cometidos en la exposición original. Hoy día existe un rico debate científico sobre diversos aspectos como el ritmo de la evolución, el nivel al que actúa, etc. A pesar de ello los hechos son abrumadores: existen tantas pruebas de la evolución como de otras teorías científicas que ninguna persona cuerda se atrevería a discutir. Nadie duda cuando lanza una moneda al aire de que esta va a caer pero cuando concierne a la evolución y sus mecanismos…


De hecho en muchos países modernos las enseñanzas de la teoría evolutiva están en el punto de mira, pidiendo desde algunos sectores su prohibición o que se enseñe como una alternativa más, no como una teoría científica, revisable y verificable. En nuestro país, la situación del estudio de la principal idea en biología en la etapa obligatoria se resume a un solo curso, cuarto de la educación secundaria obligatoria, dentro de una materia optativa, la Biología y Geología. De este modo la mayoría de los estudiantes abandona sus estudios obligatorios sin conocer el mecanismo general que rige la vida en nuestro planeta. Una verdadera pena.


Hoy en día las aportaciones de biología evolutiva a otras disciplinas son más que evidentes. Las estrategias para la conservación de las especies, la medicina, la biología del desarrollo, la agricultura, etc., no se pueden entender sin tener en cuenta criterios evolutivos. Como afirmó un famoso evolucionista norteamericano nada tiene sentido en biología excepto bajo el prisma de la evolución


Pero el legado de Darwin no sólo quedó en su explicación del devenir de la vida, fue más allá; de la lectura de sus obras se desprende una dimensión personal asombrosa. En primer lugar destacó por poseer una meticulosidad extraordinaria a la hora de trabajar unida a una magnífica capacidad de observación, lo que le llevó a diseñar elegantes explicaciones sobre una gran diversidad de cuestiones naturales. En segundo lugar también puede apreciarse su gran honradez a la hora de proponer sus ideas, señalando siempre cuáles eran las debilidades de sus afirmaciones. En tercer lugar, su valentía para publicar una obra que sabía que removería los cimientos de la mismísima concepción del ser humano. Por último, y creo que fundamental, una característica sin la cual no hubiese pasado a la historia: una pasión sin límites por la naturaleza y por el descubrimiento de sus secretos. Todo un ejemplo.


La principal obra de Darwin acaba de forma brillante: ...y mientras este planeta ha ido girando según la constante ley de la gravitación, se han desarrollado y se están desarrollando, a partir de un comienzo tan sencillo, infinidad de formas cada vez más bellas y maravillosas. Quizás, si Darwin hubiese conocido nuestro sabio refranero y hubiese pecado de inmodestia habría añadido: y no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Este artículo apareció por primera vez en la revista de la Asociación Cultural "Amigos de Villafranca de Córdoba"
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