miércoles, 30 de enero de 2013

GRATITUD A UNA MOSCA




   Si realizáramos una encuesta en la que se pregunte cuáles son los seres vivos más conocidos y que más han contribuido a nuestro progreso, estoy convencido que en una lista de diez, la inmensa mayoría serían mamíferos (perro, caballo, etc.). Evidentemente son más conocidos por el gran público y más cercanos evolutivamente. Digamos que hay una especie de empatía entre los mamíferos. Nada es más conmovedor que la imagen de un cachorro de perro o gato (otro día explicamos el porqué de esta circunstancia).


   Un ranking de animales mejor conocidos estaría encabezado por una mosca, pero no una moscardón grande, verde, que emite zumbidos y que va a comer donde todos sabemos. No, es una mosca pequeña, que mucha gente confunde con mosquito. Se trata de la mosca del vinagre o mosca de la fruta, dicho en latín, Drosophila melanogaster. De ella lo sabemos casi todo, no solo su comportamiento, alimentación, etc., como ocurre con otros muchos seres vivos, también hemos desentrañado su naturaleza más íntima, su ADN.

   ¿Yo he visto esa mosca alguna vez? Se preguntarán muchos lectores. Por supuesto, sobre todo en la cocina, revoloteando sobre la fruta madura de la cual se alimenta principalmente, de ahí su nombre vulgar (los científicos se complican menos de lo que la gente piensa). Son, como decía mas arriba, bastante pequeñas, apenas 3 mm y se caracterizan por sus ojos rojos y su abdomen de color amarillento con zonas negruzcas. 
Macho de Drosophila melanogaster, la mosca de la fruta o el vinagre
   La pregunta inevitable es, ¿qué tiene esta mosca para que sea uno de los animales mejor conocidos? Vayamos por partes. Es sabido que para la investigación científica se utilizan animales que sirven como modelo. Estos proporcionan conocimientos relacionados con diferentes disciplinas científicas, sobre todo con la biomedicina (fisiología, inmunología, farmacología, etc.). Ahí es donde entra en juego nuestra querida mosca. Tiene varias características que la hacen un buen animal de laboratorio: rápido ciclo de vida (unas 2 semanas aproximadamente), muy poco costoso su mantenimiento y su simplicidad desde el punto de vista genético. 

   Así fue como en 1906, un norteamericano, William E. Castle (1867-1962) publicó un primer trabajo en el que se había utilizado como modelo de experimentación a este insecto. Pero Drosophila empezó a pasar a la historia de la Biología por las aportaciones que nos brindó de la mano de Thomas Hunt Morgan, (1866-1945) considerado uno de los padres de la genética. Entre las aportaciones más importantes de este genetista, debidas al uso de la mosca,  pueden citarse el descubrimiento de que los genes se encuentran alineados en los cromosomas, el hecho de que algunos genes se hereden juntos (genes ligados), la determinación de la herencia ligada al sexo o investigaciones sobre mutaciones. 

   En la actualidad sigue utilizándose este animal como organismo modelo y sigue permitiendo a los científicos realizar descubrimientos asombrosos. En este sentido hay que nombrar a Gines Morata, investigador español que está haciendo grandes aportaciones a la biología del desarrollo (cómo se produce el desarrollo embrionario) gracias al estudio, entre otros, de unos genes muy especiales en este bichito, llamados homeóticos. 

   Surge al final otra cuestión bastante interesante: ¿puede una mosca mostrarnos información sobre nosotros mismos? Dicho de otro modo, ¿cuánto nos parecemos a una mosca de la fruta? A pesar de la simplicidad de Drosophila, comparte con nosotros mucha información. Tenemos en común no pocos genes y muchos de estos, aun no siendo iguales, muestran su correspondiente en este insecto. De hecho, en la actualidad, se está utilizando para campos de investigación tan dispares como enfermedades neurodegenerativas, cáncer, envejecimiento, etc.

   Así que, cuando pregunten por nuestro animal favorito, si oís a alguien comentar que es la mosca de la fruta, un gusano o el pez cebra no lo toméis por loco. 

   Os dejo, para finalizar, un podcast del programa "Ciencia al cubo" de RNE sobre este mismo tema.


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