viernes, 18 de enero de 2013

¡MAESTRO, YO NO SOY UN ANIMAL!


Una de las cosas más ofensivas que un profesor de Biología puede hacer a sus alumnos, sobre todo en los primeros cursos de la ESO, es revelarles su naturaleza animal. Automáticamente se enciende en ellos, en lo más profundo y recóndito de su dignidad como especie, un místico halo de supremacía natural que hasta entonces parecía apagado y que hay que defender a toda costa. La situación transcurre más o menos así: 
-Pues sí, somos animales, como hace tiempo habréis notado- afirmo.
-¡A mí no me digas animal! (el “usted” es como un barbarismo a estas edades para muchos) -expresan con vehemencia.
-Que sí, que no existen diferencias en cuanto a nuestro funcionamiento, somos cien por cien animales -respondo.
Siempre hay alguno que declara con cierta solemnidad:
-Vale, somos animales...pero racionales.
-¡Demostradlo más a menudo!- me digo a mí mismo, a veces en voz alta.

Asunto zanjado. Somos animales y racionales, aunque la racionalidad la veamos a nuestro alrededor con cuentagotas.
El siguiente paso, y motivo de esta entrada, es explicar qué tipo de animales somos, cuáles son nuestros parientes más cercanos.
Nadie duda, ni siquiera mis alumnos más escépticos, del parecido de los primates con nosotros y viceversa. Sí, queridos lectores, he aquí la revelación, somos primates. Echemos pues un vistazo, en esta primera entrada, a las características que compartimos todos los primates.
  • Tenemos ojos en la parte anterior de la cabeza, dirigidos hacia delante con visión estereoscópica, es decir, somos capaces de percibir la profundidad, relieve y volumen de los objetos que nos rodean.
  • Cinco dedos en las manos y pies, normalmente con uñas planas en lugar de garras y dedos pulgares y oponibles, lo que posibilita coger objetos.
  • Articulación del hombro bien desarrollada, que permite el movimiento del brazo en todas las direcciones.
  • Hemisferios cerebrales bien desarrollados.
Todas estas características delatan que nuestros antepasados, los de todos los primates, desarrollaban su vida en los árboles.
Como sabéis, los seres vivos se ordenan en categorías que responden a sus semejanzas y relaciones de parentesco evolutivo. Pues bien, los primates pertenecen una categoría llamada orden dentro de los mamíferos. Los dos grupos de primates se diferencian en la forma de su nariz y su labio superior:
  • Estrepsirrinos. Son los primates cuyos orificios nasales están rodeados de una piel siempre húmeda, llamada rinario (mira a tu perro y sabrás de qué estoy hablando). Además el labio superior está dividido por la mitad. De forma general podemos decir que pertenecen a este grupo los lémures y los loris.

Fotos tomada de Wikipedia
  • Haplorrinos. En estos no existe una membrana húmeda y el labio superior es continuo. No tendremos que ponernos delante del espejo para observar que pertenecemos a este grupo. Dentro de este encontramos a su vez:
    • Tarseros. Son un grupo de pequeños primates de hábitos nocturnos que se diferencian del resto, entre otras características, por sus largos huesos del tarso (parte superior del pie).
    • Antropoideos o simios. Se dividen a su vez en dos grandes grupos de nuevo:
      • Platirrinos. Son los monos americanos. Se caracterizan morfológicamente por su nariz ancha y su cola prensil. Ejemplos de este grupo son el mono araña o el mono capuchino.
      • Catarrinos. Su nariz no es tan ancha y los orificios apuntan hacia abajo. Su cola no es prensil.
Llegados a este punto ya podemos saber que nuestra especie pertenece a este último grupo. Para complicar un poco más la clasificación, entre los catarrinos se diferencian los cercopitecoideos que incluye a los macacos, mandriles, papiones, etc. y los hominoideos entre los que se encuentran nuestros parientes más cercanos: las dos especies de chimpancés, gorila, orangután y las distintas especies de gibones.

Fotos tomadas de Wikipedia

Por lo tanto, como conclusión, podemos decir que los humanos somos mamíferos primates, haplorrinos, antropoideos, catarrinos y hominoideos.

Así que, incrédulos alumnos, no podemos negar nuestra naturaleza, pero si me permitís un consejo: hagamos un mayor uso de ese atributo que para vosotros es tan distintivo, nuestra razón.

Más información:
  • Arsuaga, Juan L.(1998). La especie elegida. Editorial Temas de hoy. (Capítulo 2 dedicado a los primates).

15 comentarios:

  1. BUENISIMO ESTE BLOG,,, GRACIAS PROFE...
    Y TENGO MUY CLARO DE SIEMPRE QUE SOMOS ANIMALES Y TANTO, JJJ ALGUNO QUE OTRO INCLUSO ESPECIE RARA...

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  5. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  6. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  7. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  8. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  9. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  10. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  11. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  12. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  13. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  14. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  15. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar